Do Rebelión, 23 de Março 2021
Por Oscar Oramas Oliva
Leía la siguiente afirmación: El crecimiento global de la extrema derecha ha dado una nueva importancia al concepto de antisistema en política[1] y comencé a meditar acerca de varias noticias que he recibido con mucha preocupación, cuando hay una realidad palmaria, la de que la distribución del poder en el mundo está cambiando y genera nuevas amenazas:
El Departamento de Defensa de Estados Unidos advirtió sobre la propagación del extremismo de derecha y el racismo entre los militares del país. Según un informe de 2020, recogido por el canal CNN, de momento no se puede definir la cifra exacta de los soldados racistas vinculados a grupos extremistas, aunque los ejemplos abundan.
«El personal militar es muy valorado en estos grupos porque da legitimidad a su misión y mejora su capacidad de efectuar ataques», indica el documento. El texto agrega que «la ideología de la superioridad de los blancos» y «el nacionalismo blanco» representan una amenaza para el orden y la disciplina en las filas de las Fuerzas Armadas.
El informe fue elaborado a pedido del Congreso meses antes de los sucesos del 6 de enero pasado, cuando un grupo de seguidores del entonces presidente de Donald Trump irrumpió en la sede del Legislativo para impedir la ratificación de los resultados de las elecciones.
Al menos cinco personas, incluida una veterana de la Fuerza Aérea, murieron.
Entre los más de 270 detenidos se encontraban varios ex militares y ultraderechistas.
Los demócratas de la Cámara de Representantes acusaron a Trump de supuestamente incitar a la insurrección, pero fue absuelto en el Senado. Trump dijo en repetidas ocasiones que en su discurso del 6 de enero pidió a sus partidarios que protestaran de forma pacífica y patriótica, según la agencia WASHINGTON, 3 MAR (SPUTNIK).
La sola lectura de esa noticia provoca que suenen las alarmas, pero hay mucho más, como veremos a continuación.
Visto lo visto y lo que vendrá no cuesta esfuerzo afirmar que la ultraderecha agrede y asesina. En 2020, según un informe de la plataforma Antifaz International, se tiene noticia fehaciente de 810 ataques en diferentes países, provocados por «fanáticos, fascistas y violencia de extrema derecha», lo que se interpreta como una mínima parte de lo que en realidad sucede a diario en el mundo. Este informe, elaborado por cuarto año consecutivo, indica que, en referencia a 2019, se ha producido un incremento de un 39 % de violencia ultra. Tiroteos, palizas, ataques de diverso tipo, llevaron a la muerte a 325 personas y dejaron malheridas a 1.186.[2]
En otra guerra interna, los supremacistas blancos y neonazis que siguen siendo soldados de Donald Trump están ahora amenazando “hacer estallar” al Capitolio para matar a decenas de legisladores cuando el presidente Biden se presente para su primer informe del Estado de la Unión, a principios de marzo, reveló el jefe interino de la Policía del Capitolio.[3]
Un nuevo informe del FBI advirtió que los supremacistas blancos están “buscando afiliarse” a las fuerzas del orden para promover sus objetivos. Los extremistas motivados por la raza quieren “desarrollar nuevas tácticas”, destaca el documento. En algunos casos, la idea es unirse al ejército o la policía para poder cometer actos de violencia contra miembros de grupos minoritarios, según el informe del Buró de Investigaciones. Según el FBI, estos grupos planearon unirse al ejército o la policía para aprender cómo librar la guerra contra miembros de esos grupos minoritarios.
De acuerdo a investigaciones realizadas entre 2016 y 2020, agentes y analistas de la división del FBI en San Antonio, Texas, concluyeron que los supremacistas blancos y otros extremistas de derecha “muy probablemente buscarían afiliarse con entidades militares y policiales para promover” sus ideologías. El documento, obtenido por ABC News, fue distribuido a las agencias policiales tanto en Texas como en otras partes del país.
Parte de la investigación está centrada en los extremistas inspirados en la publicación de supremacía blanca “Siege”, que sirvió de motivación para el grupo neonazi conocido como “División Atomwaffen”, entre otros. El informe, titulado “Actores inspirados en el asedio muy probablemente busquen afiliación militar y policial”, se basó en información de registros e informantes, algunos de los cuales tenían “excelente acceso”, escribieron los autores del FBI en el documento del 25 de febrero.[4]
Y hoy 15 de marzo la agencia Sputnik publica que ex contratista de la marina Timothy Hale-Cusanelli uno de los 300 detenidos por el asalto al capitolio de Estados Unidos no solo es supremacista blanco es también un simpatizante nazi.
Una amiga me hacía llegar la siguiente reflexión: “Pienso que el proceso de devolver el poder electoral definitivo, cámara de representantes, senado y casa blanca ya está en marcha. El gobierno de Biden es frágil y de corta duración y el regreso al poder de la derecha post Trump (Trump sin Trump) lo preveo como algo inevitable y desesperante… Allí se mueven fuerzas para suprimir el voto por correo y así impedir que los más pobres puedan votar, se trabaja para castigar electoralmente a los congresistas republicanos que estuvieron a favor del impeachment contra Trump, se recauda dinero para esas campañas e inician acciones para hacerle difícil el trabajo a la actual Administración. El trumpismo trabaja aceleradamente para controlar a todo el Partido Republicano y preparar el regreso en las elecciones del 2024.”
En Europa hemos visto en varios países como grupos extremistas de derecha, simpatizantes nazis o llamados nacionalistas extremos, se han ido desarrollando y organizando, combatiendo la inmigración en primer término y hasta cometiendo crímenes. Eso nos recuerda otros momentos de la historia, cuando la burguesía ha acudido a esas modalidades, para poder continuar en el poder. Debemos estar alertas, pues los graves problemas económicos existentes, agudizados hoy por la pandemia del coronavirus, provocaran tensiones sociales muy agudas, condiciones para que surjan en algunas mentes, la necesidad de estas intervenciones quirúrgicas radicales de derecha. Esta es la solución trumpista que asoma sus narices en Estados Unidos y en otros países, cuando es evidente la debilidad de las fuerzas de izquierdas.
Los crímenes israelitas contra los palestinos y el descarado robo de sus tierras, continua, cuando el mundo se debate en la lucha contra la pandemia del coronavirus y sus consecuencias. Esa política fascista se desarrolla y nadie levanta su voz, para condenar esos vandálicos hechos.
En España el partido de extrema derecha VOX aumenta su militancia y sus acciones y la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Ayuso dice que ¨Si te llaman fascista estás en el lado bueno de la historia¨. En las redes circulan con frecuencia videos donde hablan de liquidar a los africanos. Un hito del horror es el descarado e ilegal robo del petróleo y trigo sirio por parte de las tropas invasoras yanquis en Siria y los autoproclamados defensores de los derechos humanos, miran para otro lado. Y es preocupante que de manera desembozada hagan su propaganda y pocos les salgan al paso. Muchos olvidan las experiencias históricas de Alemania en la etapa de ascenso de los nazis al poder.
Un ejemplo de esa rabia enfermiza está presente en una parte de la emigración cubana, integrada por mafiosos terroristas enriquecidos con el narcotráfico y lavado de dinero, la malversación, el fraude a los servicios de salud, y una carrera política atacando con saña al pueblo de Cuba, mayor perjudicado por sus leyes y sanciones para derrocar el sistema socialista, señala Arturo González en su artículo, “Enseñanzas de la derecha.”
Estos hechos reclaman atención.
Notas:
[1] Por Boaventura de Sousa Santos | 25/02/2021 | Opinión.
[2] Por: Baltazar Garzón .Telesur. 19 febrero 2021
[3] David Brooks. Periódico La Jornada. lunes 01 de marzo de 2021 , p. 23
[4] Nueva York, 8 de marzo (ANSA)
Grupo de Pesquisa Sul-Sur
Este grupo se insere numa das linhas de pesquisa do LABMUNDO-BA/NPGA/EA/UFBA, Laboratório de Análise Política Mundial, Bahia, do Núcleo de Pós-graduação da Escola de Administração da UFBA. O grupo é formado por pesquisadores de diferentes áreas do conhecimento e de diferentes instituições públicas de ensino e pesquisa.
Buscamos nos apropriar do conhecimento das inter-relações das dinâmicas socioespaciais (políticas, econômicas, culturais) dos países da América do Sul, especialmente do Brasil, da Bolívia, da Argentina e do Chile, privilegiando a análise histórica, que nos permite captar as especificidades do chamado “subdesenvolvimento”, expressas, claramente, na organização das economias dos diversos povos, nos grupos sociais, no espaço.
Nosso campo de investigação dialoga com os campos da Geopolítica, Geografia Crítica, da Economia Política e da Ecologia Política. Pretendemos compreender as novas cartografias que vêm se desenhando na América do Sul nos dois circuitos da economia postulados por Milton Santos, o circuito inferior e o circuito superior. Construiremos, desse modo, algumas cartografias de ação, inspirados na proposta da socióloga Ana Clara Torres Ribeiro, especialmente dos diversos movimentos sociopolíticos dessa região, das últimas décadas do século XX à contemporaneidade.
Interessa-nos, sobretudo, a compreensão e a visibilidade das diferentes reações e movimentos dos países do Sul à dinâmica hegemônica global, os espaços de cooperação e integração criados, as potencialidades de criação de novos espaços e os seus significados para o fortalecimento da integração e da cooperação entre os países do Sul, do ponto de vista de outros paradigmas de civilização, a partir de uma epistemologia do sul. Através das cartografias de ação, buscamos perceber as antigas e novas formas de organização social e política, bem como os espaços de cooperação SUL-SUL aí gestados. Consideramos a integração e a cooperação Sul-Sul como espaços potenciais da construção de novos caminhos de civilização que superem a violência do desenvolvimento da forma em que ele é postulado e praticado.

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