Do Rebelión, 08 de Dezembro, 2018
Por Elaine Tavares, IELA
Darcy Ribeiro ha mostrado, a través de sus innumerables libros, que es la hacienda la que da inicio a la sociedad brasileña. Y la hacienda es cosa que se ha hecho y se ha consolidado única y exclusivamente por la esclavitud. Primero con la esclavitud de los indígenas y luego la de los negros. Los blancos, invasores, no querían saber de trabajo. Mataban a los indios, ocupaban las tierras, cultivaban con las técnicas más rudimentarias, agotaban el suelo y salían hacia otra hacienda. La inmensidad del "mundo nuevo" parecía no tener fin. La lógica de la hacienda creada en las américas era el nacimiento del sistema capitalista, pues tenía una organización empresarial que integraba la mano de obra en una única unidad operativa destinada a la producción para el gran mercado, bajo el mando de un patrón, que pretendía ganancias. "El nuevo mundo no era una nación, era una trata de esclavos".
Conocer este proceso de destrucción de las culturas que vivían en las tierras invadidas en 1500 debería ser fundamental para entender el presente. Pero, esa es una historia bien escondida, porque traerla a la luz significa encontrar millones de cadáveres bajo la alfombra y encontrarse en el espejo con una imagen muy fea. Mejor creer que fue un "encuentro de culturas" y que venció la "civilización". Domesticados, evangelizados, los pueblos paganos que aquí vivían podrían encontrar la salvación en el cielo. Así pensaba el padre José de Anchieta, que se "emocionaba" en saber que los niños indígenas que eran muertos en profusión, irían al cielo, porque habían sido bautizados.
Pasaron 500 años y la empresa hacendada creada por los que invadieron esas tierras aún continúa. El tiempo pasó, las luchas fueron trabadas, pero la victoria sigue en la mano de aquel 1% que históricamente se apoderó de todo. Hoy, como antes, no tenemos un país, sino una empresa. Y, en una empresa sólo vale lo que da ganancia. Lo que es "inútil" al capital necesita ser eliminado.
Por eso no es novedad la danza de las sillas que el nuevo gobierno viene haciendo con la Funai, entidad que debería cuidar de los intereses de los pueblos indígenas que, a duras penas, vienen manteniendo su existencia en la gran hacienda Brasil. En un momento dice que va a acabar con la Funai, en otro que ella va para ese o aquel ministerio. Y los pueblos indígenas se quedan con los ojos abiertos viendo a los "granjeros" trazar planes.
En realidad, poco importa si la Funai se queda o va en ese remolino de carpetas y espacios que sirven mucho más de alojamiento para los "amigos del rey". Lo que tiene que ser visto allí en esa confusión es la relación que el nuevo gobierno tendrá con los indígenas. El presidente electo ya dijo claramente, él que parece ser un conocedor profundo del alma autóctona: "los indios quieren ser como nosotros". Al pronunciar esa frase lapidaria apunta el camino de la ya conocida fórmula de la integración. El indio necesita volverse blanco, porque él necesita transformarse en un trabajador. Es decir, él tiene que vender su fuerza de trabajo, generar plusvalía para algún patrón y consumir todo lo que gane para enriquecer a otro patrón. Simples asi.
Con esa política de "inclusión" del indio en la vida "blanca" todo estará resuelto. Las tierras reivindicadas serán tomadas por el estado y podrán ser donadas o vendidas a precios módicos a los viejos amigos. La hacienda Brasil será aún mayor. Francisco Fernández-Bullón, en un texto brillante sobre el papel de las corporaciones en América Latina, muestra cómo Brasil se está transformando cada día más en lo que él llama una "dictadura de la soja", en la que quien da la línea sobre la vida son las grandes empresas transnacionales que dominan la tríada: semillas transgénicas X pesticidas X medicinas. Estos granjeros modernos quieren extender las fronteras de la soja en Brasil y para ello necesitan avanzar sobre todas las tierras. Y ese 12% que hoy están en las manos indígenas son casi como las joyas de la corona: fértiles, ricas en minerales y con plantas pasibles de transformarse en productos farmacéuticos.
Así que la propuesta de Bolsonaro, que pretende transformar al indio en "uno de nosotros" no tiene nada de humanista ni de generosidad. Lo que está en curso es justamente otra etapa de la acumulación primitiva del capital y significa el sacrificio de más víctimas al dios dinero. El "uno de nosotros" que él quiere transformar es hacer del indígena un trabajador asolado y explotado. Uno más en la molienda, para ser sangrado hasta la última gota.
Pero, como dice el líder indígena Ailton Krenak, los indígenas han resistido por más de 500 años y no va a ser ahora que van a sucumbir a una mentira tan sin fundamento. Así, con Funai o sin Funai, las comunidades organizadas en entidades autónomas, libres del tutelaje de iglesias o de las ongs, van a encontrar caminos de lucha.
En las páginas de los periódicos, los "paladines de la justicia" y los "buenos cristianos" siguen generando cortinas de humo hablando en acabar de vez con la corrupción en Brasil. Lo que no dicen es que la corrupción es constituyente del capital y que en esa cruzada moralista -que pronto mostrará su ineficacia- las víctimas serán las mismas de siempre. Es decir, nosotros, trabajadores, quilombolas, indígenas, campesinos.
Tal como en 1492 los invasores llegaron con la cruz queriendo llevar a los paganos al cielo, los nuevos cristianos empuñan sus símbolos para matar, ofender, triturar y explorar en nombre de la fe en el capital. Y así como Anchieta se deleitaba en ver a los niños indígenas morir cristianos, esos nuevos granjeros (que en realidad son vasallos) quieren deleitarse en ver a los indios de hoy entrar en la "civilización" que los va a tragar.
Lo que no saben es que aquellos niños muertos, pasados en la espada por los invasores fueron semilla, como todos los demás que cayeron, y siguen brotando. Los pueblos originarios seguirán en lucha porque ese es un campo que se conoce demasiado bien. La mentira de la integración es fuerte, sabemos, pero toda mentira tiene una pierna corta. Y la gente sabe dónde se les aprieta el callo.
Avante, parientes. Incluso sin piernas, como dice Residente, la gente va a caminar.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Grupo de Pesquisa Sul-Sur
Este grupo se insere numa das linhas de pesquisa do LABMUNDO-BA/NPGA/EA/UFBA, Laboratório de Análise Política Mundial, Bahia, do Núcleo de Pós-graduação da Escola de Administração da UFBA. O grupo é formado por pesquisadores de diferentes áreas do conhecimento e de diferentes instituições públicas de ensino e pesquisa.
Buscamos nos apropriar do conhecimento das inter-relações das dinâmicas socioespaciais (políticas, econômicas, culturais) dos países da América do Sul, especialmente do Brasil, da Bolívia, da Argentina e do Chile, privilegiando a análise histórica, que nos permite captar as especificidades do chamado “subdesenvolvimento”, expressas, claramente, na organização das economias dos diversos povos, nos grupos sociais, no espaço.
Nosso campo de investigação dialoga com os campos da Geopolítica, Geografia Crítica, da Economia Política e da Ecologia Política. Pretendemos compreender as novas cartografias que vêm se desenhando na América do Sul nos dois circuitos da economia postulados por Milton Santos, o circuito inferior e o circuito superior. Construiremos, desse modo, algumas cartografias de ação, inspirados na proposta da socióloga Ana Clara Torres Ribeiro, especialmente dos diversos movimentos sociopolíticos dessa região, das últimas décadas do século XX à contemporaneidade.
Interessa-nos, sobretudo, a compreensão e a visibilidade das diferentes reações e movimentos dos países do Sul à dinâmica hegemônica global, os espaços de cooperação e integração criados, as potencialidades de criação de novos espaços e os seus significados para o fortalecimento da integração e da cooperação entre os países do Sul, do ponto de vista de outros paradigmas de civilização, a partir de uma epistemologia do sul. Através das cartografias de ação, buscamos perceber as antigas e novas formas de organização social e política, bem como os espaços de cooperação SUL-SUL aí gestados. Consideramos a integração e a cooperação Sul-Sul como espaços potenciais da construção de novos caminhos de civilização que superem a violência do desenvolvimento da forma em que ele é postulado e praticado.

Notícias
Africa
Agroecologia
Alienação
Amazônia
América Latina
Argentina
Arte
Bali
Biopirataria
Boaventura Sousa
Bolívia
Brasil
Buen Vivir
Campo Refugiados
Canada
Capitalismo
Chile
China
Ciência e Tecnologia
Cinema
Cisjordânia
Civilização
Colômbia
Colonialidade
Condição Feminina
Conflitos
Congresso
Corrupção
Crise
Crise Moral
Cuba
Democracia
Democrácia
Desemprego
Diplomacia Militar
Direitos Humanos
Ditadura Civil- Militar
Divida
Dívida Egíto
Droga
Drones
Ecologia
Economia
Educação
Educação Rural México
Empreendedorismo
Equador
Escravidão
Esquerda
Estado
Estados Unidos
EUA
Europa
Europeismo
Evasão de Capital
Exclusão
Exploração
Folclore
Forum Social
Fotografia
França
Futuro
Geografia Crítica
Geopolitica
Geopolítica
Gerencialismo
Golpe
Grécia
Greve
Guerra
História
humanidade
Ilhas Malvinas
Imigração
Imperialismo
Imprensa
Indígenas
Indústria
Industrialização. Brasil
Informação
Integração
Intervenção humanitária
Iran
Israel
Jornalismo
Literatura
Lombardia
Luta de Classe
Machismo
Marxismo
Medicina
Medos
Meio Ambiente
Mercosul
México
Mídia
Migrantes
Milícias kurdas
Mineração
Modelo Liberal Periférico
Montrèal
Movimento Estudantil
Movimentos Populares
Mulheres
Mundialização
Nazismo
Neocolonialismo
Neurociência
Noam Chomsky
Ocidente
ONG
Orçamento Público
Oriente Médio
Palestina
Paraguai
Pensamento
Peru
Pesamento Econômico
Petróleo
po
Poesia
Política
Políticas Neoliberais
Portugal
Precarização
Previdência
Produção Global
Questão Agrária
Redes de Computador
Refugiados
Relações Exteriores
Renda Básica
Renda Básica. Europa
Revolução
Russia
São Paulo
Saúde
Síria
Solidariedade
STF
Trabalho
Trabalho Infantil
Transnacionais
Tratado livre comércio
Universidade
Uruguai
Venezuela
violência

Nenhum comentário:
Postar um comentário