Do Rebelión, 23 de Outubro, 2018
Por Vanessa Dourado y Óscar Vargas,Virginia Bolten (Argentina)
A la espera del resultado de la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, la pregunta que se hace es siempre por qué Bolsonaro crece entre aquellos y aquellas que supuestamente deberían repudiarlo: personas negras, LGBTs, mujeres, pobres.
No es sencillo comprender el bolsonarismo. Hay muchos análisis, todos intentando dar cuenta de una parte del fenómeno –un esfuerzo importantísimo para lograr construir un hilo de comprensión más amplio de lo que pasa en este momento histórico– sin embargo, entre todos los análisis, lo que realmente es repudiable es la idea de que el pueblo es idiota y no tiene capacidad de hacer un análisis crítico de la realidad.
Muchas de las personas que hoy hacen análisis de esta naturaleza son las mismas que elevan el “hacer política” o el “comprender la sociedad” a reflexiones alejadas de la realidad de la mayoría y desde la comodidad de la academia.
La izquierda iluminada se hace ver en muchos de los discursos vacíos de sensibilidad a la realidad concreta de quienes sufren con una de las más duras crisis del capitalismo y que, también por esto, incorporan una lógica neoliberal que tiene que ver con la meritocracia y el individualismo.
Las personas que van a votar el próximo 28 de octubre a Bolsonaro no son estúpidas, realmente buscan una respuesta lógica, una salida para su condición económica que les pueda garantizar sostener la vida, que les garantice un empleo, una mínima forma de cambiar sus realidades. La izquierda se ha convertido en una aparente amenaza, de un lado está el miedo de perder lo que fue conquistado: propiedad, estatus social, los mínimos privilegios alcanzados en el último período, incluyendo el empleo. De otro lado está el miedo de pérdida de las libertades individuales. Las crisis de representatividad, institucional y la pérdida de credibilidad en las formas tradicionales de hacer política, hacen con que figuras como las de Bolsonaro ganen fuerza.
Es en esa esfera donde vale la pena entender la información sobre las noticias falsas que abundan en estos momentos gracias al auge de redes sociales y servicios de mensajería como whatsapp: estas reflejan no la “realidad” que estudian los académicos o que buscan presentar los periodistas formales; presentan los profundos temores esperables de gente que quiere no solo sobrevivir sino mantener la esperanza. Aunque algunos crean que la esperanza obvia del oprimido es la liberación, lo que se observa es que muchas veces está en la ilusión de ser como el opresor, en la riqueza que no se tiene, en actos de profundo egoísmo liberal. Los momentos de ruptura a esa realidad solo llegan cuando la seguridad de arriesgarse para transformar colectivamente es mayor a la creencia de que se puede estar siempre ganando en soledad contra el mundo. Esa seguridad para arriesgarse hoy día ha perdido espacio no solo por la falta de creatividad política de la izquierda sino también por la fuerte hegemonía que el capital mantiene aun en nuestras vidas. Ese “sálvese quien pueda”, propio del mundo económico, ahora se expresa en el ámbito electoral como la negación del otro –a veces también la eliminación del otro–, reproducción del principio económico donde solo sobrevive el “más fuerte”.
La demanda anti-institucional es canalizada para lo que mejor responda a la necesidad del orden frente al caos social, y no interesa quien sea y cuales métodos proponga, el fin es lo más importante: la estabilidad. También es una repuesta a lo que fue, durante mucho tiempo, reconocido como violencia frente a una sociedad conservadora y que no era exteriorizado: el repudio al feminismo, al movimiento negro, indígena y LGBT. En este sentido, el sexismo, la homofobia, la xenofobia y el autoritarismo encuentra en la figura de Bolsonaro un punto en común. Al mismo tiempo esto resulta funcional para la resistencia, ya que queda nítido quienes defiendan la diversidad tienen que asociarse para enfrentar esta gigante amenaza.
En el aspecto religioso, Bolsonaro, que es católico, gana los votos tanto de evangelistas como de las personas católicas. En sus vídeos de campaña, el candidato afirma que evangélicas y católicas deben respetarse y que las personas de fe deben juntarse. Afirma que, siendo católico, muchas veces, frecuenta la iglesia de su esposa que es evangélica. Su defensa por los valores de la familia y de la moral se posiciona arriba de los dogmas religiosos. En este caso, una vez más, se apuesta por la salida individual, representada en la familia monoparental, en donde el cuidado no se identifica como un ejercicio social sino solamente restringido a quienes comparten el vinculo sanguíneo inmediato. Es una derrota a la realidad colectiva en que vivimos, lo que tendrá consecuencias inclusive para las familias más tradicionales que no logren acumular lo mínimo de dinero para sobrevivir: la pobreza familiar será la consecuencia de olvidarse del apoyo mutuo comunitario.
La negación de la política es un elemento que no puede ser olvidado, está presente en varios procesos y, en los últimos años, parece ser una tendencia mundial. Frente a esto hay que cuestionar a la democracia burguesa, que es funcional al los intereses del capital, en lugar de insistir en mantener un Estado fallido. Con el objetivo de construir un nuevo sentido político que no sea la vieja política de la izquierda, que valida y reproduce la democracia representativa, se hace urgente frente a las amenazas del avance de un autoritarismo vía electoral y de la total fractura de los pactos dichos democráticos de la pos-dictadura cívico-eclesiástico-militar. Es hora de recuperar las sociedades que han sido colonizadas por el ideal de la individualidad autodestructora. Las elecciones no son la última instancia.
Esta es la segunda parte de reflexiones escritas a propósito de la victoria de Bolsonaro en la primera vuelta de las presidenciales en Brasil. Si quieren leer la primera parte pueden consultar acá: La elección brasilera de la democracia autoritaria.
Fuente: http://virginiabolten.com.ar/politica-brasil/del-sindrome-de-estocolmo-con-bolsonaro-a-la-recuperacion-de-la-sociedad-brasilera/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Grupo de Pesquisa Sul-Sur
Este grupo se insere numa das linhas de pesquisa do LABMUNDO-BA/NPGA/EA/UFBA, Laboratório de Análise Política Mundial, Bahia, do Núcleo de Pós-graduação da Escola de Administração da UFBA. O grupo é formado por pesquisadores de diferentes áreas do conhecimento e de diferentes instituições públicas de ensino e pesquisa.
Buscamos nos apropriar do conhecimento das inter-relações das dinâmicas socioespaciais (políticas, econômicas, culturais) dos países da América do Sul, especialmente do Brasil, da Bolívia, da Argentina e do Chile, privilegiando a análise histórica, que nos permite captar as especificidades do chamado “subdesenvolvimento”, expressas, claramente, na organização das economias dos diversos povos, nos grupos sociais, no espaço.
Nosso campo de investigação dialoga com os campos da Geopolítica, Geografia Crítica, da Economia Política e da Ecologia Política. Pretendemos compreender as novas cartografias que vêm se desenhando na América do Sul nos dois circuitos da economia postulados por Milton Santos, o circuito inferior e o circuito superior. Construiremos, desse modo, algumas cartografias de ação, inspirados na proposta da socióloga Ana Clara Torres Ribeiro, especialmente dos diversos movimentos sociopolíticos dessa região, das últimas décadas do século XX à contemporaneidade.
Interessa-nos, sobretudo, a compreensão e a visibilidade das diferentes reações e movimentos dos países do Sul à dinâmica hegemônica global, os espaços de cooperação e integração criados, as potencialidades de criação de novos espaços e os seus significados para o fortalecimento da integração e da cooperação entre os países do Sul, do ponto de vista de outros paradigmas de civilização, a partir de uma epistemologia do sul. Através das cartografias de ação, buscamos perceber as antigas e novas formas de organização social e política, bem como os espaços de cooperação SUL-SUL aí gestados. Consideramos a integração e a cooperação Sul-Sul como espaços potenciais da construção de novos caminhos de civilização que superem a violência do desenvolvimento da forma em que ele é postulado e praticado.
Notícias
Africa
Agroecologia
Alienação
Amazônia
América Latina
Argentina
Arte
Bali
Biopirataria
Boaventura Sousa
Bolívia
Brasil
Buen Vivir
Campo Refugiados
Canada
Capitalismo
Chile
China
Ciência e Tecnologia
Cinema
Cisjordânia
Civilização
Colômbia
Colonialidade
Condição Feminina
Conflitos
Congresso
Corrupção
Crise
Crise Moral
Cuba
Democracia
Democrácia
Desemprego
Diplomacia Militar
Direitos Humanos
Ditadura Civil- Militar
Divida
Dívida Egíto
Droga
Drones
Ecologia
Economia
Educação
Educação Rural México
Empreendedorismo
Equador
Escravidão
Esquerda
Estado
Estados Unidos
EUA
Europa
Europeismo
Evasão de Capital
Exclusão
Exploração
Folclore
Forum Social
Fotografia
França
Futuro
Geografia Crítica
Geopolitica
Geopolítica
Gerencialismo
Golpe
Grécia
Greve
Guerra
História
humanidade
Ilhas Malvinas
Imigração
Imperialismo
Imprensa
Indígenas
Indústria
Industrialização. Brasil
Informação
Integração
Intervenção humanitária
Iran
Israel
Jornalismo
Literatura
Lombardia
Luta de Classe
Machismo
Marxismo
Medicina
Medos
Meio Ambiente
Mercosul
México
Mídia
Migrantes
Milícias kurdas
Mineração
Modelo Liberal Periférico
Montrèal
Movimento Estudantil
Movimentos Populares
Mulheres
Mundialização
Nazismo
Neocolonialismo
Neurociência
Noam Chomsky
Ocidente
ONG
Orçamento Público
Oriente Médio
Palestina
Paraguai
Pensamento
Peru
Pesamento Econômico
Petróleo
po
Poesia
Política
Políticas Neoliberais
Portugal
Precarização
Previdência
Produção Global
Questão Agrária
Redes de Computador
Refugiados
Relações Exteriores
Renda Básica
Renda Básica. Europa
Revolução
Russia
São Paulo
Saúde
Síria
Solidariedade
STF
Trabalho
Trabalho Infantil
Transnacionais
Tratado livre comércio
Universidade
Uruguai
Venezuela
violência
Nenhum comentário:
Postar um comentário