Do IELA, 16 de Setembro, 2017
Por Jaime Osorio
Claudio Katz (CK) ha divulgado en fecha reciente un documento titulado “Aciertos y
problemas de la superexplotación” en donde incurre en variados equívocos que lo llevan
a plantear la necesidad de abandonar esta categoría. En este escrito pretendo dar
respuesta a algunos de los puntos centrales de su exposición.
1
Tras constatar que “la violación del cambio entre equivalentes a través de engaños
comerciales (…) en el sistema actual (…) son secundarias”, Katz se pregunta: ¿Qué
sentido tiene la teoría del valor como fundamento ordenador de la lógica del
capitalismo?”(p.8). El interrogante se encuadra en su crítica a la noción de
superexplotación, definida como el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, lo
que es entendido por Katz como un cuestionamiento de la teoría del valor.
En el señalamiento anterior Katz manifiesta su rechazo a la significación de la negación en
la lógica del discurso de Marx.
Señalar que el valor es simultáneamente tendencias que
apuntan a su violación, no implica sostener que el valor no opera en las relaciones
mercantiles capitalistas. Mientras exista capitalismo operará el valor, expresándose de
manera simultánea su negación en grados y formas diversas, en espacios y tiempos
diversos en el seno del sistema mundial capitalista. El pago de la fuerza de trabajo por
debajo de su valor en el capitalismo dependiente es una de las principales expresiones de
esa negación.
Marx es consistente frente a la negación. Por ello señala que “hacer descender el salario
del obrero por debajo del valor de la fuerza de trabajo”, es un “método que desempeña un
papel muy importante en el movimiento real de los salarios”1
. Está hablando del
capitalismo maduro y no está dejando dudas sobre la relevancia del problema. Sin
embargo señala las razones por las que “queda excluido” de sus consideraciones en El
capital: “porque aquí partimos del supuesto que las mercancías, incluyendo entre ellas a la
fuerza de trabajo, se compran y venden siempre por todo su valor”
2
.
Si hay que preguntar a alguien por el sentido de la teoría del valor, como señala Katz, es a
Marx, por señalamientos como el anterior. Lo que para Marx es un supuesto: “que las
mercancías se compran y venden siempre por todo su valor”, para algunos de sus intérpretes se convierte en ley de hierro. Y aquello “que desempeña un papel muy importante en el movimiento real de los salarios” lo ocultan bajo la alfombra, y con no verlo, no existe. Lo curioso es que este tipo de señalamientos en la obra principal de Marx no les dicen nada a los lectores que privilegian la positividad e insisten en desconocer la negación, como ocurre en el texto que comentamos.
1
.- Marx, Carlos, El capital, Fondo de Cultura Económica, t.I, México, p. 251.
2
.- Marx, Op. cit. (Dos últimas cursivas JO).
2
Para Katz “la teoría marxista de la dependencia aportó el principal esquema analítico para
develar las peculiaridades del capitalismo latinoamericano” (p. 15), frase elogiosa, aunque
no se señale lo que esto significa. Y se entiende mucho menos el elogio cuando indica en
páginas previas “la conveniencia de formular un enfoque de la dependencia sin recurrir al
concepto de superexplotación”, como lo hace Samir Amin (p. 6).
¿Cuáles será ese “principal esquema analítico” que aportó la teoría marxista de la
dependencia? Silencio.
Si hay alguna categoría que permita descifrar las particularidades del capitalismo
dependiente, para Marini es justamente la de superexplotación, aquella que Katz postula
abandonar. Y lo señala con claridad en las últimas páginas de Dialéctica de la
dependencia3
(Dd en adelante), rebasando la interpretación convertida en lugar común,
en tanto simple “mecanismo de compensación”.
Dice Marini:
“(…) se pueden encontrar en mi ensayo indicaciones que (…) permiten vislumbrar el
problema de fondo que la teoría marxista de la dependencia está urgida a enfrentar: el
hecho de que las condiciones creadas por la superexplotación del trabajo en la economía
capitalista dependiente tiende a obstaculizar su tránsito desde la producción de plusvalía
absoluta a la de plusvalía relativa en tanto que forma dominante en las relaciones entre
el capital y el trabajo”. (p. 100) (Subrayados JO).
Si el capital puede transformar parte del fondo de consumo del trabajador y convertirlo en
fondo de acumulación, esto trae en lo inmediato dos consecuencias: una, debilitar el
consumo de los trabajadores y con ello debilitar la expansión del mercado interno. Dos,
limar el aguijón productivista, en tanto el tiempo de trabajo generador de plusvalor se
incrementa no por reducción del valor de la fuerza de trabajo sino por simple
expropiación de parte de su fondo de consumo.
3
.- Marini, Ruy Mauro, Dialéctica de la dependencia, Editorial Era, México, 1973.
“La gravitación desproporcionada que asume en el sistema dependiente la plusvalía
extraordinaria es un resultado de esto y corresponde a la expansión del ejército industrial
de reserva y al estrangulamiento relativo de la capacidad de realización de la
producción”.(p. 100) (Subrayados JO)
En economías con reducidos mercados, en donde la superexplotación cumple su parte, la
planta productiva es reducida y hace posible que emerjan rápidamente empresas que con
pocas ventajas productivas y tecnológicas se puedan apropiar de plusvalía extraordinaria,
dada la debilidad de la competencia.
“Más que meros accidentes en el curso del desarrollo dependiente o elementos de orden
transicional, estos fenómenos (arriba señalados JO) son manifestaciones de la manera
particular como incide en la economía dependiente la ley general de la acumulación de
capital”.(p. 100) (Subrayados JO).
Estas tendencias se van convirtiendo en regularidades en la forma que asume la
acumulación dependiente. No son fenómenos puramente ocasionales.
“En última instancia, es de nuevo a la superexplotación del trabajo que tenemos que
referirnos para analizarlos”. (Dd p.100) (Subrayados JO).
“Estas son algunas cuestiones sustantivas de mi ensayo que convenía puntualizar y
aclarar. Ellas están reafirmando la tesis central que allí se sostiene, es decir, la de que el
fundamento de la dependencia es la superexplotación del trabajo”. (Dd pp. 100-101)
(Subrayado JO).
En definitiva, el hecho que se remunere a la fuerza de trabajo por debajo de su valor es
inicialmente un proceso que afecta a los vendedores de la mercancía. Pero sus
consecuencias se hacen ver en el conjunto del ciclo del capital y en la reproducción del
capital en la economía dependiente y repercute en las formas de inserción en la economía
mundial. Sinteticemos lo anterior en un par de pregunta:¿por qué en la historia
económica regional han tendido a predominar patrones de reproducción exportadores, es
decir, que hacen de los mercados exteriores su campo fundamental de realización? ¿por
qué la industrialización en tanto proyecto orgánico, es decir que buscaba desarrollar
desde bienes de consumo simples, a bienes intermedios y bienes de capital, tuvo una vida
tan corta y terminó siendo liquidada? Repitamos a Marini: “En última instancia, es de
nuevo a la superexplotación del trabajo que tenemos que referirnos para analizarl(a)s”.
(Dd p.100) (Subrayados JO).
3
4 En su búsqueda de argumentos para construir una visión de la “dependencia sin
superexplotación”, nombre de uno de los apartados de su escrito, Katz recuerda que
Marini en Dd “resaltó la centralidad del intercambio desigual como determinante de la
superexplotación. Pero al desarrollar su tesis terminó asignando mayor incidencia a este
segundo proceso que al primer condicionante” (CK p. 5). Inmediatamente señala Katz que
“Dussel cuestiona este desplazamiento analítico que convierte a la superexplotación en la
principal causa de los desequilibrios internacionales”, ya que “considera que Marini
confundió las causas con las consecuencias” (p. 5)4
.
Para Katz “la corrección que introduce Dussel permite superar el sobre-dimensionamiento
de la superexplotación”.
(p.6).
La propuesta de Marini presenta mayores matices y no se remite a definir causas y
consecuencias. Así lo deja ver cuando sostiene que:
“(…)
la superexplotación del trabajo es acicateada por el intercambio desigual, pero no se
deriva de él, sino de la fiebre de ganancia que crea el mercado mundial, y se basa
fundamentalmente en la formación de una sobrepoblación relativa”5
.
Esta idea retoma lo que ya había señalado en Dd: “(…) no es en rigor necesario que exista
el intercambio desigual para que empiecen a jugar los mecanismos de extracción de
plusvalía mencionados (prolongación de la jornada de trabajo, aumento de la intensidad,
reducir el consumo del obrero más allá de su límite normal, JO): el simple hecho de la
vinculación al mercado mundial, y la conversión consiguiente de la producción de valores
de uso a la de valores de cambio que ello acarrea, tiene como resultado inmediato desatar
un afán de ganancia que se vuelve tanto más desenfrenado cuanto más atrasado es el
modo de producción existente”. (Dd p. 39) (Subrayados JO).
“El efecto del intercambio desigual es (…) el de exacerbar ese afán de ganancia y agudizar
por tanto los métodos de extracción del trabajo excedente”.(Dd p. 40.) (Subrayado JO).
El énfasis de los teóricos marxistas post Revolución Cubana por “internalizar” la
dependencia fue resultado del rasgo exógeno que asumió esta categoría en sus inicios,
particularmente en las formulaciones de la CEPAL De este proceso daba cuenta 5 Theotonio Dos Santos en 1970 cuando señalaba que “la dependencia había sido generalmente entendida como un fenómeno externo a nuestra realidad (…) una especie de fuerza exógena (…) que se introducía desde el exterior imponiéndose a nosotros”. Y agregaba: “lo que se explicitó teóricamente fue, sobre todo, el hecho de que la situación de dependencia en que vivimos dentro del sistema capitalista mundial condiciona las estructuras internas de nuestros países, haciéndolos dependientes en su propia constitución”7 .
4
.- El texto citado de Enrique Dussel es su libro Hacia un Marx desconocido. Un comentario de los
manuscritos del 61-63. Siglo XXI Editores/UAM-Iztapalapa, México, 1988.
5
.- R.M. Marini, “Las razones del neodesarrollismo”, Revista Mexicana de Sociología n. extraordinario (E),
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, México, número extraordinario (E ), 1978, p.63. (Subrayado
JO).
6
.-Esta “internalización” no podía dejar de considerar la inserción de América Latina en el mercado mundial.
Esa es su radical diferencia con el endogenismo del marxismo ortodoxo, que reclamaba el estudio de las fuerzas productivas y las relaciones de producción locales para desentrañar si era feudalismo o capitalismo
lo imperaba en la región
En ese proceso reflexivo, prosigue Dos Santos, “se constató (…) que la dependencia era
algo mucho más profundo, ligado a los mecanismos internos del funcionamiento de
nuestras sociedades” y que “hay (…) un tipo de formaciones socio-económicas dentro del
sistema mundial capitalista que, debido al rol que éstas ocupan en este sistema, tiene(n)
leyes propias de desarrollo, contradicciones específicas que deben ser analizadas (…)”8
.
Es esa preocupación, luego de analizar la integración al mercado mundial y el secreto del
intercambio desigual en Dd, la que lleva a Marini a señalar “(…) en el marco de este
intercambio (entre naciones JO), la apropiación de valor realizado encubre la apropiación
de una plusvalía que se genera mediante la explotación del trabajo en el interior de cada
nación. Bajo este ángulo, la transferencia de valor es una transferencia de plusvalía (…). Y
lo que aparecía como un mecanismo de compensación a nivel del mercado es de hecho un
mecanismo que opera a nivel de la producción interna”. Es hacia esta esfera que debemos
desplazar por tanto el enfoque de nuestro análisis”9
. (Dd pp 37-38) (Subrayado JO).
Y el estudio avanza hacia la superexplotación, “el mecanismo que opera a nivel de la
producción interna” y que “aparecía como un mecanismo de compensación a nivel del
mercado”.
En pocas palabras, para explicar la dependencia y su reproducción no bastaba señalar que
había intercambio desigual, debido a la baja composición orgánica y a precios de
producción y precios de mercado ubicados por debajo del valor. Era necesario además
explicar cómo operaba la explotación, la acumulación y la ruptura del ciclo del capital10, y
cómo todo ello producía condiciones que reproducían el atraso y el subdesarrollo. fuerzas productivas y las relaciones de producción locales para desentrañar si era feudalismo o capitalismo
lo imperaba en la región.
7
.- Dos Santos, Theotonio, Dependencia y cambio social, Cuadernos de estudios socio económicos n. 11,
Santiago de Chile, Centro de Estudios Socio Económicos (CESO), Universidad de Chile, 1970, p. 7.
8
.- Dos Santos, T. Op. cit., p. 8.
9
.- Dd, p. 37.
10
.- Ruptura entre la fase productiva generada en la economía local, y la segunda fase de la circulación, la
realización de la plusvalía, que tiende a desarrollarse en los mercados exteriores. Este ciclo, en el patrón industrial, genera una nueva ruptura entre la esfera alta de consumo y la esfera baja. Véase en Dd, puntos 4
y 5.
En esa lógica la superexplotación ocupa una posición lógica y teórica de la mayor
importancia. Sin la formulación de la superexplotación la teoría marxista de la
dependencia seguiría repitiendo lo que hace mucho repiten también otras escuelas y
corrientes: bajos salarios, baja composición orgánica, baja productividad, precios de
producción por debajo del valor, transferencias de valor11, pero sin un tejido conceptual
que nos explique por qué todo ello sucede. Porque se supone que las tendencias del
capitalismo caminan en sentido contrario: elevar la competencia, elevar la productividad,
reducir precios, elevar salarios, elevar el consumo y el bienestar. Con la superexplotación
como eje de un nuevo entramado conceptual y metodológico se pasó a contar con una
explicación plausible del por qué todo aquello que ocurre en el capitalismo dependiente
toma forma.
Y ni la discusión de Dussel, ni la de muchos otros, y ahora tampoco Katz, avanzan un paso
para agregar algo en el camino de explicar lo que no había sido explicado: cuál es la lógica
que subyace en la gestación y reproducción del capitalismo dependiente12
. Y en este
cuadro Katz nos conmina a que nos olvidemos de la superexplotación.
4
La discusión que plantea Katz entre lo señalado por Dussel y lo destacado por Marini no
debe ocultar sin embargo lo que a Katz realmente le importa: establecer una teoría de la
dependencia sin superexplotación, más allá que si ésta es lo fundamental o lo secundario
en materia de dependencia. Al fin que como ha señalado: “La dependencia no se basa en
la violación sino en el cumplimiento de la ley del valor”. (CK,p. 8).
Además, con el replanteo de Dussel, que propicia reducir la significación de la
superexplotación a juicio de Katz, se puede dar otro paso….. y eliminarla. Porque ello
“contribuye a introducir reemplazos del pago por debajo del valor de la fuerza de trabajo
por remuneraciones acordes al bajo valor de ese recurso”. Liberados de ese lastre ahora “se puede avanzar en la actualización de la teoría de la dependencia”. (p. 6) (Subrayados JO).
11
.- Véase que esto no es más que la contracara de lo que ocurriría en el capitalismo desarrollado: altos
salarios, elevada composición orgánica, elevada productividad, precios de producción por arriba del valor,
apropiación de valor gestado por otros capitales. En esta lógica, con consultar el tomo III de El capital sería
suficiente para develar la dependencia.
12
.- ¿Por qué Katz no habla de capitalismo dependiente? El intercambio desigual y otras formas de
transferencia de valor generan subdesarrollo. Pero para que esto se sostenga en el tiempo, como ha
ocurrido, tiene que generarse un proceso local de reproducción de capital que haga viable esos intercambios
desiguales y esas transferencias y que el capital operante en el mundo dependiente, sin embargo, alcance
ganancias y se reproduzca como tal, y sin embargo no haga mucho, si no es que nada, para salir de lo que a
primera vista es una situación totalmente desventajosa.
5
Qué se quiere señalar con la idea de que “se puede avanzar en la actualización de la teoría
de la dependencia” es algo que queda en penumbras. Porque dar por sentado que hoy
existen procesos y problemas que no estaban presentes en la década de los setentas del
siglo XX, cuando se formularon las propuestas más acabadas de la teoría marxista de la
dependencia, implica demostrar que las formulaciones de aquellos años no son adecuadas
para explicar el presente. Pero el trabajo de Katz no se plantea estos nimios objetivos.
Más bien es un regreso a la vieja ortodoxia: la teoría del valor desde la positividad como
baluarte al cual aferrarse, para de allí saltar a la recreación teórica para actualizar la teoría
marxista de la dependencia.
Un breve apartado en el artículo comentado, bajo el título de “Un esquema tentativo”,
quizás forme parte de este salto a la actualización. Como preámbulo se señala que “la
nueva cadena global de valor introduce (…) estratificaciones más complejas (que “la nueva
segmentación internacional de la producción, que genera las mismas transferencias de
plusvalía que estudiaron los teóricos de la dependencia”). La polarización centro-periferia
es complementada con la introducción de nuevas categorías intermedias”. Y Katz se
pregunta: ¿Cómo podría conceptualizarse este escenario en la tradición de la teoría
marxista de la dependencia?”(p.11).
Katz inicia el apartado señalando que “la contraposición entre países con valores altos de
la fuerza de trabajo (Estados Unidos, Alemania) y bajos (Filipinas, Bangla Desh) está
mediada en la actualidad por economías intermedias (Corea del Sur, Brasil)”. Y agrega:
”Esta diferenciación –que despuntaba en la época de Marini- se ha tornado más visible”.
(p.11).
Katz termina distinguiendo cinco tipos de economías desde esa dimensión: centro, nuevo
centro, semiperiferia ascendente, semiperiferia descendente y periferia. De los cinco, la
noción de semiperiferia no es empleada de manera regular por la teoría marxista de la
dependencia. Pero ésta desarrolló la noción de subimperialismo, que aquí no aparece. En
todo caso creo que no hay problema en reconocer que la diversidad de relaciones y
posiciones entre las economías debe ser objeto de reflexión por la teoría marxista de la
dependencia y dar cuenta de la diversidad existente. Pero la estratificación planteada por
8
Katz en todo caso no parece una buena solución, porque en lo inmediato no aparecen las
relaciones entre los estratos señalados.
Señala Katz que “el simple contraste entre economías con parámetros de explotación y
superexplotación no registra esa diversidad. Tampoco permite notar el pasaje de un status
a otro”(p.11).
Lo primero a señalar es que confrontar explotación y superexplotación es un sinsentido,
porque la superexplotación es una modalidad de explotación, entendida como aquella en
que se remunera al trabajador por debajo de su valor.
Lo segundo es que efectivamente la superexplotación, en condiciones específicas, como el
periodo de crisis económica actual, se constituye en una modalidad que se extiende por la
economía mundial, simplemente porque como Marx lo señala, la reducción del salario por
debajo de su valor se constituye en un mecanismo para contrarrestar la caída de la tasa de
ganancia, sea en el mundo desarrollado, como en el mundo subdesarrollado y
dependiente13. Allí señala Marx lo siguiente: “Aquí sólo citamos esto empíricamente,
puesto que en realidad (…) nada tiene que ver con el análisis general del capital, sino que
se relaciona con el problema de la concurrencia, que no se estudia en esta obra”. Y agrega,
sin ser escuchado por los lectores positivos del valor: “Es, sin embargo, una de las causas
más importantes que contribuyen a contrarrestar la tendencia decreciente de la cuota de
ganancia”14
.
Me importa destacar que hay problemas que Marx reconoce como relevantes, como el
que señalamos, y que sin embargo no analiza en El capital, la obra que -para muchos- si
algún problema no está tratado allí, no existe o es irrelevante. Las leyes y tendencias del
capitalismo dependiente y su inserción en el mercado mundial son problemas que
escapan al “análisis general del capital”, por ser de una concreción mayor. Por tanto es
normal que no aparezcan desarrollados en esa obra. Otro punto en contra de los
defensores positivos de la teoría del valor, ahora no sólo por la negación, sino por el nivel
de análisis.
La pregunta no es si la superexplotación se extiende por la economía mundial. Ya vemos
que Marx señala que sí, a lo menos en situaciones de crisis. Pero también en condiciones
de ausencia de crisis existen sectores de trabajadores en el mundo desarrollado, mayores
o menores, que son superexplotados, como los turcos y albaneses en Alemania, coreanos
en Japón, mexicanos y centroamericanos en Estados Unidos. Pero estos constituyen
porcentajes del total que hace inadecuado dar por sentado que la explotación predominante asume condiciones de superexplotación.
Esta sigue siendo una particularidad estructural (no coyuntural) del capitalismo dependiente.
13
.- Marx, C., El capital, t. III, Op. cit., cap. XIV, punto 2. P. 235.
14
.- Marx, Op. cit., p. 235
Además debiera responderse por las formas predominantes de superexplotación (asunto
sobre cual el artículo de Katz ni menciona) porque ello tiene efectos diferenciados en
cómo se realiza el patrón de reproducción de capital. No es lo mismo pagar salarios
inferiores al valor de la fuerza de trabajo que intensificar el trabajo. En un caso se está
expulsando o integrando débilmente a los trabajadores al mercado, y en el otro se está
agotando la fuerza de trabajo por reducir la porosidad de tiempos muertos, aunque esto
ocurra con salarios elevados y por tanto con una elevada capacidad de realización.
Lo anterior lo menciono para poner de manifiesto que decir superexplotación, sin entrar
en este tipo de consideraciones cuando el análisis lo reclama, es quedarse en una
dimensión incapaz de explicar las particularidades de los problemas.
Lo tercero, -referido a que “el simple contraste entre economías con parámetros de
explotación y superexplotación no registra esa diversidad. Tampoco permite notar el
pasaje de un status a otro”, es decir, de periferia a semiperiferia y de esta a centro-, es
necesario mencionar que en un trabajo publicado en 2015 explico las razones
excepcionales que hicieron posible que Corea del Sur y China pasaran de economías
dependiente y subdesarrollada a la condición de economías ¿semi?desarrolladas o
desarrolladas15
. La teoría marxista de la dependencia sí se ocupa de estos problemas y
permite dar cuenta del pasaje de un status a otro.
La otra variable empleada por Katz es la formalidad e informalidad de los empleos,
agregando un sector de trabajadores empobrecidos o semi-desempleados, presentes en
todas las economías señaladas. Curiosamente señala que “el concepto de
superexplotación podría ser aplicado a este segmento, considerando que en cierta medida
es remunerado por debajo de su valor” (p. 12).(Subrayado JO).
Aquí cabría señalar que el planteamiento sobre la superexplotación no tiene cabida luego
de la férrea defensa de la teoría del valor y de señalar que “una transgresión (del valor)
debería ser observada a lo sumo como una excepción” (p. 8). Pero aquí estamos hablando
de un sector de trabajadores que su condición de empobrecidos o semi-desempleados no
tiene nada de excepcional, sino más bien es una norma en la lógica de la acumulación
capitalista.
15
.- Osorio, Jaime “América Latina frente al espejo del desarrollo de Corea del Sur y China”, en Problemas
del desarrollo, Instituto de Investigaciones Económicas n. 182, UNAM, México, julio-septiembre de 2015.
Además la cifra de trabajadores superexplotados se elevaría en los casos en donde se
concentran trabajadores ilegales o simples migrantes, como hemos señalado
anteriormente.
6
En definitiva es poco lo que se gana, a la luz del ejercicio propuesto, y de lo que la teoría
indica, y mucho lo que se pierde dejando en el camino la categoría de superexplotación.
Creo que buscar una explicación a las constantes referencias de Marx sobre la presencia
de salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo en su obra mayor puede abrir la
puerta para reconsiderar posiciones en torno a lo que significa la teoría de valor y sus muy
diversas manifestaciones. Lo demás es ortodoxia mal entendida.
Ciudad de México, 14 de septiembre de 2017
Grupo de Pesquisa Sul-Sur
Este grupo se insere numa das linhas de pesquisa do LABMUNDO-BA/NPGA/EA/UFBA, Laboratório de Análise Política Mundial, Bahia, do Núcleo de Pós-graduação da Escola de Administração da UFBA. O grupo é formado por pesquisadores de diferentes áreas do conhecimento e de diferentes instituições públicas de ensino e pesquisa.
Buscamos nos apropriar do conhecimento das inter-relações das dinâmicas socioespaciais (políticas, econômicas, culturais) dos países da América do Sul, especialmente do Brasil, da Bolívia, da Argentina e do Chile, privilegiando a análise histórica, que nos permite captar as especificidades do chamado “subdesenvolvimento”, expressas, claramente, na organização das economias dos diversos povos, nos grupos sociais, no espaço.
Nosso campo de investigação dialoga com os campos da Geopolítica, Geografia Crítica, da Economia Política e da Ecologia Política. Pretendemos compreender as novas cartografias que vêm se desenhando na América do Sul nos dois circuitos da economia postulados por Milton Santos, o circuito inferior e o circuito superior. Construiremos, desse modo, algumas cartografias de ação, inspirados na proposta da socióloga Ana Clara Torres Ribeiro, especialmente dos diversos movimentos sociopolíticos dessa região, das últimas décadas do século XX à contemporaneidade.
Interessa-nos, sobretudo, a compreensão e a visibilidade das diferentes reações e movimentos dos países do Sul à dinâmica hegemônica global, os espaços de cooperação e integração criados, as potencialidades de criação de novos espaços e os seus significados para o fortalecimento da integração e da cooperação entre os países do Sul, do ponto de vista de outros paradigmas de civilização, a partir de uma epistemologia do sul. Através das cartografias de ação, buscamos perceber as antigas e novas formas de organização social e política, bem como os espaços de cooperação SUL-SUL aí gestados. Consideramos a integração e a cooperação Sul-Sul como espaços potenciais da construção de novos caminhos de civilização que superem a violência do desenvolvimento da forma em que ele é postulado e praticado.

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